domingo, 28 de octubre de 2007

Recuerdos en mi cuerpo

En mi lacio cabello castaño... guardo las caricias de mamá, todas aquellas noches de mi infancia, al acostarme en la cama.
En mi frente... van los besos de papá la última vez que lo vi, antes de subirse al avión.
En mis cejas... el sudor de mis noches más intensas.
En mis ojos... los paisajes hermosos, los rostros de quienes amo, los colores de todos mis días, el recorrido de adiós que siguieron aquellos que ya se iban de mi vida hasta perderse en el horizonte, la colección de bellas miradas que acompañaron mi historia.
En la punta de mi nariz, junto a mis pecas... los besos y las caricias juguetonas de alguien que amé mucho en el pasado, pero que ahora ya solo es recuerdo lejano y sombrío.
En mis mejillas... los besos tiernos de mi preciosa hermana, cuando llega y cuando se va, cada uno de los días que acompaña mi vida.
En mis labios, junto a algunos secretos importantes... mi colección favorita de besos: algunos robados, algunos cedidos, y otros (deliciosos) prestados.
En mi cuello... las primeras sensaciones sexuales de mi adolescencia.
En mis hombros... fuertes brazos cubriéndome abrigando mis frías noches de invierno.
En mis pechos... el despertar a mis más sublimes sensaciones de mujer.
En mis brazos... tantos abrazos repartidos por doquier, sin miramientos, sin ahorro, a todo aquel al que pude acercarme aunque sea por una única vez.
En mis manos... sentimientos míos escritos en otros cuerpos.
En mi ombligo... un sensual círculo, dibujado con la lengua una tarde de verano.
En mi sexo... el misterioso camino hacia placeres inolvidables, proporcionados por la persona que más amé.
En mis caderas... sus labios.
En mis piernas... el vehículo con el que he recorrido tantos caminos, y aún quedan tantos otros más lejanos cada vez.
En mi rodillas... un ramillete de cicatrices antiguas que me devuelven a mi niñez.
En mis pies... el sabor mojado del agua de un río hermoso e interminable, mis pasos descalzos en la arena de una playa, el pasto fresco del jardín de una casa y por que no... algunos besos también.

6 comentarios:

La Gata de sus tejados dijo...

wow... muy buen post, me has hecho pensar esas sensaciones y recuerdos que yo también tengo, que todos tenemos. Y es que así es, no? cada marca, cada sensación trae como una especie de película o de álbum de recuerdos. Y cuando te pones a revisarlos, las cosas que saltan a tu mente, son las bonitas, las dulces, las que te producen las mejores sensaciones, así sean sólo recuerdos.
Me gustó mucho tu post :)

Unknown dijo...

me ha encantado tu post, me has hecho pensar en mis historias. la gata me ha hecho pensar más
un besote
nos leemos

El Doc dijo...

Preciosa hoja de ruta la que describes en este post, querida Girasol, un recorrido de tus viajes, de tus sueños y tus deseos, de aquellas personas que dejaron huella sobre tu piel y esos momentos que te hicieron vibrar hasta lo más profundo de tus ilusiones, de tus entregas y de tus largos trabajos.

Me encantó leer esta clase de geografía que nos regalas sobre tí. Me hizo acordar a otra clase de geografía que alguna vez describí.

Un beso.

Romy dijo...

Maravilloso amiga. Super tierno. El cuerpo termina siendo el ente que canaliza casi todo lo que sentimos no solo hacia adentro, sino también hacia afuera. Así como hablas de lo que te dijeron, también recuerda lo que expresaste con él. Los gestos, las sonrisas, las lágrimas, los abrazos, las miradas, los besos, las palabras y todos los pasos que diste para ser la maravillosa persona que eres ahora. Te quiero mucho. Un besote.

Unknown dijo...

me encanto tu post, te felicito por tan lindas palabras y hermosos significados.

girasolesyculebras dijo...

Gracias mil a cada uno =)